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Espolón calcáneo

Definición.

El espolón plantar o calcáneo es un crecimiento del hueso calcáneo, que es el hueso del talón, justo donde los tendones de los músculos del pie se unen al hueso. Este crecimiento del hueso pasa por un proceso de tendón a hueso que es la calcificación, en este momento es cuando hace daño el espolón. Una vez formado el espolón deja de dar síntomas y se puede vivir sin problemas con un espolón en el pie, hay personas que cuando acaba el proceso de formación del espolón todavía siguen con dolor, esto es debido a la posición en la que el espolón se ha formado. Por tanto tener un espolón no significa que venga acompañado de dolor, pero en muchas ocasiones sí que lo es, y viene también acompañado por una fascitis plantar, que es la inflamación de la fascia, la musculatura de la planta.

Causas.

Hay diferentes causas que pueden provocar la formación de un espolón plantar, estas causas pueden surgir juntas o por separado, es decir, no necesariamente se tienen que tener todas para tener un espolón, teniendo una de ellas ya podemos sufrir esta patología. Estas causas son:

  • La morfología del pie como el pie plano que es el pie sin puente o el pie cavo que es el pie con excesivo puente.
  • Las alteraciones en la manera de caminar.
  • Los problemas posturales.
  • El calzado inadecuado.
  • La edad, conforme vamos cumpliendo años esto conlleva a la aparición de alteraciones debido al envejecimiento de las estructuras.
  • La artritis reumatoide y la gota son enfermedades reumáticas que pueden favorecer la acumulación de substancias.
  • La actividad física, cuando hay un aumento del ejercicio físico como por ejemplo muchos atletas que debido a su repetitiva actividad pueden producir esta alteración.
  • El sobrepeso, el exceso de peso hace que se produzca más presión en el arco plantar, provocando distensiones continuas de la musculatura plantar.
Síntomas.

El síntoma destacado es el dolor intenso a la presión o a la tracción del tendón justo en el talón, que obliga a cojear, al rato desaparece para volver a reaparecer después de un periodo más o menos largo de actividad. El dolor empieza cuando los tejidos están fríos, es decir, nada más poner el pie en el suelo cuando salimos de la cama por la mañana o después de estar sentado mucho tiempo. También se padece el dolor al estar un largo periodo de tiempo de pie o después de una larga caminata.

Diagnóstico.

Es necesario consultar a un profesional sanitario para llegar a un diagnóstico correcto, éste realizará una historia y un examen clínico para detectar los signos y síntomas.

Uno de los síntomas no explicados anteriormente será el dolor a la hora que el profesional sanitario realice presión en el talón por la cara plantar del pie, el signo que nos acabará de confirmar el diagnóstico del espolón será la realización de una radiografía del pie hecha de perfil, donde podremos observar el espolón ya formado.

Tratamiento.

El tratamiento lo podemos dividir en tres partes, dos partes principales que son conservadoras, como es la fisioterapia y la realización de soportes plantares, y una tercera parte que es la cirugía.

El tratamiento con fisioterapia no quita el espolón, trata los síntomas, este tratamiento suele ser eficaz porque una vez se quitan los síntomas dejamos de tener dolor, aunque el espolón se siga teniendo se puede vivir con él y sin tener síntomas. La fisioterapia es la solución principal ya que nos quita el dolor agudo pero no nos dará resultado en el tiempo si no la complementamos con la realización de unos soportes plantares, para llegar a este punto antes habremos probado las taloneras de silicona, las recomendaremos sin orificio, aunque con agujero son las más famosas, son las menos recomendables, porque ejercen mayor presión alrededor del orificio y a menudo nos dan problemas. Por ello, en el mercado encontramos variedad de tipos con descargas centrales o laterales en función del dolor y siempre sin agujero. Sin embargo, estas nos pueden ayudar si no hay asociada una fascitis plantar, que es la inflamación de la fascia que recorre la planta del pie, incluso a veces sin esta afectación segundaria debemos ir a parar a las plantillas hechas a medida.

Las plantillas a medida nos permiten aliviar el dolor amortiguando el talón, realinear el cuerpo equilibrando la pisada mitigando las tensiones musculares, el tendón de Aquiles y de la fascia plantar. La combinación de la fisioterapia y el uso de soportes plantares tampoco harán que el espolón desaparezca, pueden en la mayoría de casos eliminan el dolor y las molestias que ocasiona volviendo a normalidad.

Hay personas que dependiendo de la forma en la que ha quedado calcificado el espolón siguen teniendo dolor después de realizar sesiones de fisioterapia y llevando las plantillas a diario. El tratamiento en este tipo de personas sería la cirugía, este tratamiento sí que elimina del todo el espolón, consiste en limar el espolón por lo tanto el tendón reduce su tensión y eliminamos el dolor. Después de la cirugía es aconsejable el uso diario de plantillas para evitar la nueva formación, ya que con la cirugía eliminamos el espolón pero no las causas que lo provocaron.